Somao es un pueblo rico en fuentes y manantiales y sus habitantes se han esforzado durante años en conservar este preciado recurso natural.

María Ángeles nos habla de la distribución de estas fuentes por los diferentes barrios y de las propiedades de sus aguas, como la fuente de Los Abedules, excepcional para preparar café.
También se lamenta de la pérdida de uno de los manantiales cuyo cauce desapareció con la construcción de los túneles de la autopista que atraviesa el pueblo.

Los vecinos y vecinas de Somao se han esforzado por conservar sus lavaderos cuyas aguas, por temperatura y composición, son más beneficiosas para lavar la ropa, tal y como nos cuenta María Ángeles.

Francisco nos explica que la traída del agua fue resultado del trabajo de los propios vecinos y vecinas, que se encargaron de su gestión, ejecución y mantenimiento.

Ambos nos recuerdan la responsabilidad de todos a la hora de cuidar de estos bienes comunales como si fueran propios pues redunda en beneficio de todo el pueblo.