Rutas de la sabiduría comunitaria y concejil.
Caminos del buen gobierno y de la buena vecindad
SOMAO (Pravia)
Cómo dar cuerda a un pueblo
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Cada cierto tiempo Francisco González, alcalde pedáneo de Somao, sube a dar cuerda al reloj de la iglesia para que no se pare. Lo mismo hacen los vecinos y vecinas cada día, dar cuerda al pueblo para que no pierda su identidad participativa y su buena vecindad.
Para Francisco su labor como alcalde pedáneo poco tiene que ver con la política de partidos, se trata, dice: más bien de ser capaz de involucrar a todos los y las habitantes en la vida comunal. Apoyarse y ser capaces de tomar sus propias decisiones les ha beneficiado para luchar por ellas en el ayuntamiento.
Somao se identifica como un pueblo muy unido y colaborador y así lo demuestran sus habitantes en las fiestas y sestaferias. Su patrimonio comunal es amplio: fuentes, lavaderos, montes, casas, un centro social… Hoy en día buscan generar iniciativas para atraer a nuevos vecinos y vecinas y que el pueblo no se pare.
La junta y la participación vecinal
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Haciendo gala de su tradición de buen gobierno y buena vecindad los y las habitantes de Somao se reúnen periódicamente en junta vecinal. Esta tiene lugar en el centro social donde exponen, conversan y toman decisiones en común.
María Ángeles nos cuenta que sus vecinos y vecinas son muy participativos y que en estos espacios de acuerdo se escucha y respeta la opinión de todo el mundo.
Para ella todas las juntas son importantes porque atañen a asuntos que pertenecen al pueblo, pero recuerda como más relevante aquella en la que decidieron presentarse a Pueblo Ejemplar de Asturias, premio que consiguieron en el año 2020.
Como nos explica María Ángeles la participación vecinal también está muy presente en las sestaferias, que adaptándose a las nuevas tecnologías, ahora convocan a través de Whatsapp.
Las casas de los maestros
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Entre los bienes comunales más singulares de Somao hay 3 edificaciones que comúnmente se conocen como “las casas de los maestros”.
Estas eran las viviendas que antiguamente se cedían al profesorado de la escuela y que, tras ser desafectadas recientemente por la Consejería de Educación, han vuelto a manos de la comunidad vecinal de Somao.
Como nos explica Francisco, hoy en día han acordado nuevos usos para ellas, renovándolas y poniéndolas en alquiler para atraer a nuevos habitantes. Se trata de una iniciativa para evitar el abandono y combatir la despoblación que hoy afecta a las zonas rurales.
Y aquí Francisco lo tiene claro, la buena vecindad es clave para integrar a los nuevos vecinos: dar la bienvenida, acoger e invitar a la participación.
La gestión del agua
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Somao es un pueblo rico en fuentes y manantiales y sus habitantes se han esforzado durante años en conservar este preciado recurso natural.
María Ángeles nos habla de la distribución de estas fuentes por los diferentes barrios y de las propiedades de sus aguas, como la fuente de Los Abedules, excepcional para preparar café.
También se lamenta de la pérdida de uno de los manantiales cuyo cauce desapareció con la construcción de los túneles de la autopista que atraviesa el pueblo.
Los vecinos y vecinas de Somao se han esforzado por conservar sus lavaderos cuyas aguas, por temperatura y composición, son más beneficiosas para lavar la ropa, tal y como nos cuenta María Ángeles.
Francisco nos explica que la traída del agua fue resultado del trabajo de los propios vecinos y vecinas, que se encargaron de su gestión, ejecución y mantenimiento.
Ambos nos recuerdan la responsabilidad de todos a la hora de cuidar de estos bienes comunales como si fueran propios pues redunda en beneficio de todo el pueblo.
Las faenas colectivas
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La buena vecindad se practicaba en Somao también con el trabajo colectivo, especialmente en tareas estacionales que tenían que ver con el cultivo.
La siembra y recogida de patatas era una de estas faenas. También con el maíz, con el que colaboraban en la recogida y el esfoyón. Cándido nos explica una curiosa costumbre que incentivaba el trabajo: cuando un vecino o vecina no recogía a tiempo el maíz, antes del día de San Juan, acostumbraban a colocarle una maruxa: un elemento satírico que ponía en evidencia su falta.
Pedro también recuerda cómo se ayudaban entre las casas, juntándose siete u ocho personas en el suelo bajo el hórreo para separar las hojas de las mazorcas y después hacer ristras con ellas.
El último día de trabajo dejaban tiempo para la garulla: una celebración con productos de temporada, galletas, café, frutos secos, y como nos cuenta Cándido, posiblemente acompañados de música.
Para él la ayuda mutua era una herencia entre generaciones así como una necesidad en tiempos de escasez.
La Peñona: el monte comunal
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La Peñona, el terreno comunal más importante de Somao, fue durante mucho tiempo la fuente de recursos principal para los vecinos y vecinas de este pueblo. Por esto, era indispensable una buena organización en el aprovechamiento y reparto de este territorio.
Como nos cuentan Francisco, Cándido y María Ángeles en ella se segaba el yestro, el mullido con el que mantener la ganadería seca en las cuadras. Para ello La Peñona se dividía en parcelas, suertes, que se repartían entre las familias.
El eventual responsable de cada suerte mantenía su parcela limpia no sólo para su propio aprovechamiento, sino también para conservarla en buenas condiciones para las siguientes personas beneficiarias.
A partir de los años 90 el uso de la Peñona se transforma por completo con el fin de las pequeñas ganaderías. Desde entonces, Somao adapta el uso de su monte comunal con los aprovechamientos turístico y maderero.
Descubre La Peñona en Somao a través de este vídeo 360º
Los vídeos 360º ofrecen una experiencia inmersiva de presentar contenido audiovisual que permite explorar virtualmente un entorno en todas direcciones, ya sea hacia arriba, hacia abajo, hacia los lados o hacia atrás. Puedes explorar el video utilizando controles interactivos, como arrastrar el ratón o mover el dispositivo móvil en la dirección deseada.
Explora las Erías de Somao en este vídeo 360º
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